Zully Pinchi recibió a Trome en su domicilio. En este lugar, a dos meses de que su nombre saltara a las primeras planas de los diarios y se viralizara, por unos supuestos mensajes de WhatsApp, y dieran pie al tema ‘Mi bebito fiu fiu’ con estrofas de su poema ‘Las noches que te soñé’, nos contó que su deseo más grande es volverse a enamorar y casarse, pero recalca que jamás estaría con alguien comprometido porque no acepta el menú a medias, sino el bufé completo.
Zully, escuché que eres abogada de profesión, tienes tres maestrías, pero ¿quién es Zully Pinchi?, ¿estás enamorada?, ¿soltera?
Soy una mujer solidaria que ha trabajado en beneficio de mis compatriotas hace más de 17 años con un perfil anónimo. Soy una mujer hogareña, cariñosa, me gusta estar en mi casa, hacer cosas del hogar, cocinar, preparar postres. He sido y soy una mujer trabajadora y estudiosa, de joven tenía la oportunidad de salir, vacilarme, pero era muy responsable, quería lograr mis metas y objetivos, completar mi carrera de Derecho.
Okey, pero tienes pasatiempos, ¿escuchas música salsa, rock?
Me gusta todo tipo de música. Los que hemos nacido en la generación de los ochenta escuchábamos a los Nosequién y los Nosecuántos, Río, Frágil, Pedro Suárez Vértiz, Christian Meier, Arena Hash, grandes personajes de la música que siguen vigentes.
Así es y justo Meier acaba de lanzar un nuevo sencillo, ‘Deja vu’.
Sí, soy su superfan.
Es que aparte de ser talentoso es guapísimo…
Sí, es como el vino, pasan los años y se pone mucho mejor, sabe explotar todos los dones que Dios le ha dado.
¿Lo conoces?
No, pero sin querer, hace unas semanas cuando estuvo acá haciendo la promoción de su disco, con un grupo de amigas lo vimos llegar al hotel de donde nosotras salíamos y al verlo, pues como fans gritamos su nombre, volvimos a ser las chicas de 17 años y le dijimos que lo amábamos y que era el mejor del mundo mundial.
He leído tu poema que dio pie al boom del ‘Bebito fiu fiu’, ¿por qué tanta fascinación o metáfora con el pionono?
Crecí en el puerto pesquero de Chimbote y cuando salía del ‘cole’ había un señor que tenía en su vitrinita chocolate, pye de limón, crema volteada y ahí estaba el pionono, uno de mis postres favoritos. La metáfora por el pionono es que lo sentía como un abrazo, por lo que estaba enrollado con el manjarblanco, envolviéndote, albergándote, dándote cobertura, así lo veía.
En el 2014 publicas este poema, ¿qué pasó en ese momento para escribir esas líneas que hablan del amor y desamor?
Mira, escribir se convirtió en mi escape cuando estaba triste o me sentía sola. ¿Qué pasaba en ese año? Pues estaba felizmente casada (con uno de los hijos de Jorge Del Castillo), porque tú sabes que luego el amor se acaba, hay incompatibilidad de caracteres y luego las cosas ya no funcionan, entonces lo mejor es apartarse en el momento correcto para que haya respeto y cordialidad, que es lo que hasta el día hay con mi exesposo.